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viernes, 3 de diciembre de 2010


Desde la ventana se veía la casa de enfrente.
Yo no sabía si cubrirme los ojos o mirar, porque algo dentro de mí, despertaba un gran interés.
Mi maldito insomnio hacia que me fijara en las cosas mas insignificantes a esa hora, la luz de la antigua vivienda estaba prendida
Y se escuchaba un leve crujido de ventanas, había algunas sombras, pero lo que más me llamó la atención, fue esa puerta abierta
Unos ojos amarillos se clavaron en mí, el gato de la señora Perkins siempre me había dado miedo
No se que me impulsó a hacerlo, no se como pase de estar en mi cuarto a finalizar aquí, solo se que tuve que hacerlo, era él o mi cordura, me estaba volviendo loco, con esos ojos, esos ojos que no dejaban de observarme…
El portón estaba abierto, su crujir hizo que repensara el motivo del por qué me encontraba en ese lugar.
Fue algo extraño, ni yo me entendí, estaba muy decidido, pero luego el miedo me paralizó... O al menos eso creí, no fue mucho después cuando reaccioné, me estaba lavando las manos cubiertas en sangre, mientras desde la casa de la señora Perkins se escuchaba únicamente un llanto desconsolado.
Siempre pasa lo mismo, de noche pierdo momentos de mi cabeza. Me pasa desde que tengo insomnio, no controlo mi cuerpo ni mis acciones.
El doctor Julian dice que con el tiempo todo acabará, pero no confío en la gente, no confío desde... bueno hace mucho tiempo que no confío en las personas, solo en las puertas cerradas.
No es obsesión, me gustan cerradas. Aunque me esfuerce, no recuerdo desde hace cuanto prefiero las puertas cerradas que a la gente. Ni tampoco recuerdo cuando comenzó mi insomnio, No recuerdo hace cuanto crucé la calle por el gato de la señora Perkins.
Solo recuerdo que tenía que hacer algo, ¡sí! algo importante, algo realmente importante que debía hacer, pero luego mi obsesión por la mirada del gato me sacó de eje, entonces ¿que tan importante sería si ya no lo recuerdo?
No podía dormir, la luz de la ventana me molestaba, la casa de enfrente. ¿Por que tengo sangre en las manos? el doctor dijo que la memoria me volvería después de un tiempo, pero ¿por qué grita tanto la señora Perkins?
Tengo tantas preguntas, y ni una sola respuesta, lo peor es que solo yo puedo responderlas, papá dice que cuando uno quiere algo nunca lo saca de la memoria, pero entonces, ¿porqué no recuerdo el rostro de mi madre?
Las luces parpadean, está volviendo a pasar. Soy, simplemente, una marioneta de mi propia mente.
Pero no, no otra vez, doctor, ¡¡papá!!, grito pero no me oyen, mi voz se apaga,¡¡¡ fuii yooo!!! ¡Me oyen? ¡¡¡Fuii yooo!!! ¡¡Lo sientoo no pude contenerme!!
¡Escuchen! señora, lo lamento... ¿señora? ... la ventana, la luz, las puertas abiertas, se alejan, los gritos, el doctor Julian. Se vacía todo lentamente, quedo en blanco.
Desde la ventana se veía la casa de enfrente
Yo no sabía si cubrirme los ojos o mirar, porque algo dentro de mí, despertaba un gran interés.


Natacha Mansilla
      y
Clara. González. Casella

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